EL ORIGEN
En 1872, el ingeniero de ferrocarriles D. Joaquín Coloma Grau, fue nombrado encargado de definir las mejoras en el trazado de la línea ferroviaria de Tarragona a Almansa. En aquel tiempo, Benicàssim vivía de la agricultura y era conocida por el cultivo y explotación de la uva moscatel y los licores que de ella se obtenían. En las familias benicenses, las tierras de cultivo, más cercanas a la montaña, eran para los hijos primogénitos; las fincas junto al mar, menos productivas y de menor valor, se destinaban al resto de los hijos, que allí ubicaron algunas pequeñas construcciones humildes y con destino al apero.
El ingeniero Coloma, sin embargo, se enamoró de la costa de Benicàssim al contemplar la bahía limpia y abierta contra el Mediterráneo. Tanto fue así, que convenció a su esposa, Doña Pilar Fortis Más (aunque popularmente se la conoce como Pilar Coloma), para que destinase parte de su dote para la construcción de una villa en la que pasar estancias de veraneo. Poco a poco, las excelentes virtudes de los baños de mar y el clima, se convirtieron en un aliciente para que otras familias adineradas de la burguesía valenciana, madrileña y también castellonense, emularan a la familia Coloma.
En total, se construyeron más de cincuenta villas con variados estilos arquitectónicos, una característica que le valió el nombre a Benicàssim como “el Biarritz de Levante”.